Sunday, November 11, 2007

El tema no es contraponer lo referente a la "libertad" de Bush o de la Isla, porque creo que cada país adapta su supervivencia como mejor le plazca, y hace y deshace en su nombre. Lo que más habla es la impopularidad de Busch al tema usado. Al Presidente no le interesa el voto internacional, sino el interno que es el que da el verdadero poder. Por esa razón el gobierno norteamericano perdió un argumento tan poderoso como defender los intereses de EEUU expropiados y cambió el "subject" por uno menos defendible como los derechos humanos y la libertad en Cuba.
No estoy tratando de decir que hay en Cuba libertad o se respetan los derechos humanos, porque entraría en la misma serie infinita causal de todos los que la han traído a colasión, sino demostrar el verdadero interés del gobierno norteamericano.
El exilio cubano cree más por fe que por razón, por golpes que por actualidad. Esto hace que se hayan atrincherado en ideas que pululan con la creencia de que serán los liberadores de la Isla, sin importarles si los de dentro, hablo de mayorías, les interesa o no. Hay más, en Cuba estas ideas no solo no pegan, sino que se rechazan en la gran población. La preocupación del cubano medio es tener un poco más, resolver el día de hoy y si se puede, el de mañana. Todo aquel que venga con presupuestos retóricos, a los cuales la población ya está hasta el cogote, es descalificado.
Mientras, en Miami, creen y piensa en una Cuba virtual porque su pensamiento, cargado de dolores pasados, no puede transitar hacia un criterio más objetivo, que se corresponda con la realidad de hoy, porque eso sería disentir contra sus propios principios. Por esa misma razón, hoy por hoy, el exilio de Miami es el único enemigo verdadero que le queda al gobierno cubano, nadie más se beneficiría con la caída de ese régimen y esto lo saben los que pudieran llevar a cabo un cambio en Cuba.
Esto es una paradoja porque en la misma medida que ese enemigo está tan distanciado de la realidad cubana, es el principal supresor de ideas o movimientos tanto dentro como fuera de Cuba, que se contraponen al sistema actual, como si ese régimen fuera a caerse de un 31 a un día primero. Lo que si no puede caerse, a lo que hay que dedicarle todo el esfuerzo posible, es a esa Cuba virtual en la que viven fuera de su tierra y a la que se han aferrado como escenario único posible. Es más peligroso para un exiliado aceptar un nuevo "enemigo político" que dejar a los Castros otros 50 años, caso de que biológicamente se pudiera.
Tengamos por ejemplo la aceptación de una transferencia de poder, que ya es efectiva hacia el hermano menor de los Castros, no solo no es posible, sino que se rechaza, aun y sin pensar de que hoy en día el pueblo cubano tiene la esperanza de que con el advenimiento de un nuevo estilo de gobernar, se avance en lo económico, se abra Cuba y la economía se descentralice lo suficiente como para alentar una mejor gestión fuera del control estatal. Esta es la espectativa, y es precisamente la espectativa la que el exilio no quiere que exista. Aún y si Raúl no fuera capaz de cumplir con el deseo popular, matar de antemano la posibilidad de usar la espectativa como presión a un nuevo lider es tácitamente suprimida por el exilio. No importa que estrategicamente sea uno de los tantos caminos hacia Roma, porque no es el camino que caprichosamente han eligido, no lo es y se acabó.
Si en Miami se disfruta del derecho a disentir, a la libertad de expresión, no es porque los cubanos virtualizados lo defiendan, sino porque están insertados dentro de otro sistema del cual son dependientes.

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